Estoy viendo la serie 24.
¿Qué? ¿La serie número 24, Misael?
No. Así se llama la serie: 24.
He concluido la cuarta temporada y me siento completamente satisfecho. Ha superado muchas de mis expectativas y creo que mejora todavía más en comparación con temporadas anteriores.
Siempre que converso con mi papá sobre esta serie sentimos el mismo placer porque lo entendemos y porque lo comparamos con diferentes series, sobre todo peruanas, y nos enorgullecemos de conocer esta belleza de serie. No tanto de forma argumental, porque digamos que el guion es siempre del mismo corte entre cada temporada, sino por la calidad de la actuación. Parece increíble, pero yo tampoco distinguía entre una buena actuación de una mala; creo que se necesita algo de práctica. Y ahora, con 24, sí que me he entrenado bien, pues basta sólo con una mirada para entender muchos sentimientos y emociones que viven los personajes.
Por otro lado, 24 tiene un nombre interesante porque cada temporada tiene 24 capítulos y cada capítulo representa una hora, por lo que toda una temporada sucede sólo en un día. ¿Acaso eso no es alucinante? En sólo un día suceden demasiadas cosas, tanto que parece que el final no tiene nada que ver con el principio. Ese tipo de aceleración hace que la serie sea muy rica en contenido en cada capítulo, se eliminan las escenas relleno que tienen muchas de las series que se encuentran por doquier (cof, cof, Netflix).
Recuerdo que hace mucho tiempo vi en Al fondo hay sitio un tipo que hablaba solo y decía su contraseña como si quisiéramos saber todo qué rayos ha escrito como contraseña. Probablemente haya sido un truco humorístico, pero que para humores más finos no pretende ni sonrisas. La situación análoga en 24 habría sido un ceño fruncido y un solo enfoque en la pantalla del actor para que entendamos que algo no anda bien o la contraseña ingresada es incorrecta.
Empecé a ver 24 en Prime Video (obviamente: en Netflix la basura abunda cada vez más). Luego la quitaron y la busqué tanto que al final la encontré en Star+. Fue una bendición porque al fin pude continuar la segunda temporada que estaba demasiado emocionante.
Finalmente, es muy interesante ver el esfuerzo de las instituciones gubernamentales americanas por tener siempre el software y hardware más actualizado, se ve una especie de tecnología muy adelantada a su época (2004), pues comparten fotos a través de un celular con tapa, con una pésima calidad, pero tan rápido como si fuese WhatsApp. Yo recuerdo que en esa época a lo mucho conocía los celulares de pantalla azul y letras oscuras, creo que actualmente es más fácil conseguir la última tecnología (al menos la que nos quieren vender).